Las primeras semanas de este 2021 no han cambiado nada todavía. Continuamos con el mismo dibujo que teníamos en Diciembre. Las mismas angustias y las mismas esperanzas. Todo igual. Pero ya no es igual. Hace días que hablamos de Pfizer, de Moderna y de AstraZeneca. Y psicológicamente no tiene nada que ver. En nuestros cerebros, ya es muy evidente que cada día que pasa es un día que nos acerca a la normalidad de antes.
2021 será un buen año porque todos intuimos, todos sabemos, como acabará. A partir de un cierto momento, la demanda se irá normalizando y podremos volver. Este momento podría ser a principios, mediados o finales de verano … pero llegará. ¡Y esta es la primera certeza que tenemos desde hace muchos meses!
El primer trimestre será el que será. Un periodo puro de nadar y guardar la ropa. De no hacer demasiada publicidad. De no hacer demasiadas promociones. De no invertir. A partir de Semana Santa, quizás tímidamente, podremos empezar a apretar. Y después, la última parte del año será para invertir como lo hacíamos antes. Actividad normal para continuar desarrollando nuestras empresas.
En este contexto, cada vez más positivo, parece que todo el mundo quiere contribuir. Después de las largas colas de camiones en Dover justo antes de Navidad, ya tenemos un acuerdo y el largo y penoso jeroglífico del Brexit está solucionado. La llegada de Biden a la Presidencia de los Estados Unidos (¡que largo se ha hecho este periodo de transición!) también ayudará a reconducir las guerras comerciales a las que nos ha acostumbrado su predecesor y aportará un poco de sentido común para la economía.
Y como decía Lluis Llach, sólo nos faltará algo. Que tengamos suerte. Que encontremos todo lo que nos faltó. Ayer.
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