Que buen título. Seguramente un especialista en SEO está sufriendo migrañas en este momento.
¡Bienvenidos a un nuevo artículo! Hoy vamos a profundizar esta ecuación que para mi personalmente es como un mantra. Primero analicemos cada variable:
- V: Valor de un individuo.
- C: Conocimentos.
- H: Habilidades
- A: Actitud
Entonces, entendiendo cada término, podríamos afirmar que:
El valor de las personas es el resultado de la suma de sus conocimientos y habilidades multiplicados por su actitud. — Victor Kuppers
Cuando me paré a analizar esta frase de Kuppers, sentí que había una respuesta mucho mas importante de la que se denota a simple vista.
La actitud es tan potente, que multiplica el resultado. Y eso implica que tanto nuestros conocimientos sobre un tema y las habilidades que tengamos se duplican o triplican con una buena actitud.
Vamos a llevarlo a un ejemplo más práctico y orientado a este diario.
Hermenegildo, el aspirante a programador
Herme, como le decían sus amigos, dado que su nombre era más difícil que lidiar con su carácter, era un chico que admiraba a los programadores.
Miraba películas como Red Social, y seguía series como Silicon Valley la mayoría del tiempo que no ocupaba en su trabajo de cajero en Happy Market.
Un día se decidió a estudiar y ser un desarrollador más: Buscó en youtube, consultó a sus amigos, descubrió StackOverflow, entre otras cosas.
Pero Herme tenía ciertos problemas con la gente. No lograba comunicar sus sentimientos correctamente, y se peleaba con todo el mundo, tanto en la red como en su vida real.
Su reputación en StackOverflow era pésima, porque si bien tenía los conocimientos adecuados, sus respuestas eran hostiles. Muchos lo respetaban, pero pocos simpatizaban con su persona.
Poco a poco perfeccionó sus habilidades y decidió que era tiempo de participar en proyectos Open Source en GitHub.
Su actividad y calidad en el código empezó a despertar el interés de ciertas empresas grandes como MicroProgramas (MP), que había lanzado su sistema operativo Diez Ventanas; uno de los más exitosos del mercado.
MP le pidió a un Recruiter que entrevistara a Herme. Le pagaron un avión y viajó a las oficinas de MP muy ilusionado.
Su entrevistador se atrasó unos minutos dado que ese día tenían un problema en los servidores de Ventanas. Le pidió disculpas a Herme, y este en su enojo, le contestó de un modo indebido.
El entrevistador lo dejó pasar, pero realizó una nota mental acerca de la actitud de Herme. Acto seguido, lo invitó a pasar por una de las salas que se usaban exclusivamente para este tipo de reuniones.
Se le pidió a Herme que contara sus experiencias programando y aportando proyectos en Github. Entonces, Herme comenzó protestando acerca de la calidad que encontraba en los proyectos donde participaba y la mala predisposición de la gente con la que tenía que colaborar.
Siguió explicando que sus técnicas de programación y análisis eran demasiado buenos para la gente y los proyectos que tenía que enfrentarse en su día a día.
Luego de una charla bastante tensa, el entrevistador despidió a Herme y le deseó un buen viaje, agradeciendo que se haya tomado las molestias de recorrer tantos kilómetros.
Herme volvió a su país, y a los pocos días le llegó la respuesta de que en este momento no lo tomarían y que iban a seguir evaluando otros candidatos.
Herme se enojó y dejó de aportar a los proyectos libres, porque lo consideró una pérdida de tiempo. Luego de unos meses perdió el propósito para programar, y terminó abandonando.
Quiso volver a trabajar en Happy Market, pero no lo admitieron por unas quejas recientes de algunos clientes sobre su trato en la caja.
Remarcando mi Punto
La actitud puede destrozar los conocimientos y habilidades que tengas. Podés ser el mejor desarrollador del mundo, el mejor gerente, el mejor diseñador; pero si tu actitud es mala, nadie va a tomarte en cuenta.
Caso contrario, puede que no tengas conocimientos avanzados, quizá sólo hiciste un curso de Android y tenés unos meses de práctica. Pero si tu actitud es buena, es muy probable que termines entrando.
Y estoy seguro de que mucha gente me va a decir ahora: “pero hay lugares donde por más buena actitud que tengas; sin conocimientos suficientes quedás afuera”.
Y por eso mismo es una ecuación. Matemáticamente hablando, los dos primeros términos son necesarios, pero el tercero lo potencia.
No hay seguridad en que la mejor actitud te permita ingresar a ese trabajo, pero creeme: Es más sano para vos y para los que tienen que interactuar con vos en el día a día.
Hay un youtuber que suelo mencionar en mi diario, y hoy sacó un vídeo que inspiró a éste artículo. Se los comparto:
Una buena actitud como forma de vida
Hace un tiempo la pasaba muy mal desarrollando. Mi ansiedad se devoraba mis conocimientos y mi habilidad. Sobre este tema vamos a profundizar en posteriores artículos.
No lograba disfrutar del proceso. Todo eran tiempos y tener que llegar a terminar algo. Cada error que surgía era una posibilidad menos de cerrar un tema. No contemplaba la idea de calmarme y pensar las cosas con más detenimiento.
La buena actitud no solo sirve para caer bien a los demás y generar un clima amigable. También es fundamental para vos mismo.
El estress es el producto de los miedos a no llegar con algo, o que los demás hayan afectado de alguna manera tu rendimiento por causas externas a vos.
La actitud se basa en entender que los problemas van a llegar cuando menos los esperás. Estamos acostumbrados a perdernos de vista las cosas buenas y resaltar las malas.
Quizá en un día normal de trabajo resolviste más problemas de los que pensabas. Y hablaste con gente que te permitió destrabar definiciones o flujos de proceso. Y cerca del final del día te cruzaste con un problema bloqueante que te rompe cierto punto de ese flujo. Entonces tu gran día se transforma en el peor de la semana.
Pero olvidaste poner las cosas en la balanza. Te ocurrió una cosa mala frente a cinco o seis buenas. Y quizá tengas días en que la balanza se incline hacia las malas, pero no van a ser todos.
Mi problema personal fue transformar problemas en cataclismos. Para mi todo era lo suficientemente grande como para arruinar mi día, incluso luego del trabajo.
¿Cómo salí de este pozo de pesimismo? Muy sencillo: Razonando.
Ser objetivo y Priorizar el Razonamiento
Si te estas quejando porque algo no fue como lo esperabas, es natural. Pero esa queja debería ser un pequeño descargo que sirva para luego ponerte a pensar en una solución.
Sabemos que hay problemas sin solución, pero laboralmente hablando, incluso lo que no tiene una salida directa, tiene una alternativa ideal.
No llegar a tiempo en un desarrollo o quedarse estancado por un bug, no es la muerte de nadie. Tenés que aprender a tolerar el fracaso y razonar sobre cuál debería ser tu nuevo punto de acción.
Todo esto tiene que ver con una buena actitud, pero hacia vos mismo. Si tu experiencia en el código es gratificante, pedís ayuda cuando sea necesario y no te ahogas en un vaso de agua, podés evitar el mal trago que se llevó Herme.
Salir a caminar y pensar es una buena práctica para ordenar las ideas. Pero hasta no razonar todo en frío, intentá no hablar con nadie. Cuando uno está ofuscado, tiende a descargar su frustración con los demás.
No es algo que pasa con todo el mundo, pero si en la mayoría de los casos. A veces te pueden bajar línea por algo que no es tu culpa, porque a tu superior lo retaron y se genera una bola de nieve interminable. No seas el siguiente en descargarte.
Mejor dicho, hacelo pero corriendo, con algún deporte o en una de esas salas donde podés romper cosas pagando. Pero nunca con otra persona. Primero porque te pueden despedir y segundo, es violencia verbal.
Si recibís ese trato de otra persona, no dudes en hablarlo con un superior, dado que nadie tiene derecho a maltratar a los demás, por más que hayan tenido un mal día.
¿Notás el gran problema que genera una mala actitud? Es importante mantener una actitud positiva tanto por tu salud como tus relaciones personales y laborales.
Conclusiones
Se muy bien lo que es un mal día. A veces es complicado poner buena cara al mal tiempo. Pero si vas a dejar que cada cosa mala te afecte lo suficiente para cambiarte el ánimo, entonces vas a terminar envejeciendo muy rápido.
Esto es cíclico: Si tenes una buena actitud, es contagiosa. La gente va a sonreír a pesar de tener un problema grande. Al contrario, si es mala, vas a recibir el mismo nivel de hostilidad.
Las personas somos empáticas. Sentimos lo que transmiten los demás. Por eso una película o una serie nos genera emociones que no se disparan hasta que las percibimos.
La actitud es el multiplicador de nuestros conocimientos y habilidades, nunca olvides esto. Hacete una remera, una taza, un fondo de escritorio. Pero guardalo con vos por y para siempre.
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